30/4/18

La Serpiente en la Masonería


El grado 25º era el último del rito de Perfección de la masonería escocesa antigua. Rememora los episodios bíblicos de Moisés y la Serpiente de Bronce:
...Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado por haber hablado contra Jehová, y contra ti; ruega a Jehová que quite de nosotros estas serpientes. Y Moisés oró por el pueblo.
Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía” (Números 21:4-9).

Según O. Kern, en Orphicorum Fragmenta, fueron los Misterios de Dionisios los que Orfeo llevó a Grecia.
Y Theodoret afirma: “...Los Teletes Dionisíacos y Panathenos y también los de Theomophoris y los Eleusinos, los llevó a Atenas Orfeo después de un viaje a Egipto, cambió los Misterios de Isis y Osiris en los de Dionisios; he aquí lo que enseñan Plutarco y Diodoro de Sicilia; el orador Demóstenes hace mención de ello y dice que Orfeo les mostró los más santos Teletes”.
La ceremonia entre los griegos era llamada Telete, que significa “perfección”; ceremonia por la cual se convierte en perfecto. Los Misterios fueron practicados en Atenas hasta el siglo VIII; en otras partes de Grecia y Roma, por varios siglos después de nuestra Era, y en Gales y Escocia hasta el siglo XII.

La más importante Escuela de Misterios fue la de Isis y Osiris en Egipto; igualmente importantes fueron los Misterios de Mitra en Persia (supuestamente llevados de Egipto por Zaratustra), los Misterios Cabíricos en Tracia, los Misterios de Adonis en Siria, los Misterios Dionisíacos y los Misterios de Eleusis en Grecia. Existieron también los Misterios Escandinavos entre las naciones Góticas y los Misterios Druídicos entre los Celtas, los Misterios Aztecas en México, etc.

El Hierofante, o “explicador de las cosas sagradas”, era un Sacerdote Jefe que presidía las ceremonias y explicaba la naturaleza de los Misterios a los Iniciados. Los Misterios de Eleusis, que duraron hasta la caída del Imperio Romano, así como como los Misterios Dionisíacos, tuvieron una poderosa influencia sobre las Asociaciones Iniciáticas de la Edad Media.
Entre todos estos Misterios se encuentra una singular unidad de propósito y una pureza de doctrina que evidencian su común origen. Sus Ceremonias de Iniciación, invariablemente celebran la muerte y resurrección de un ser o héroe muy especial.

Dice John A. Weisse, “...los Arquitectos Dionisíacos se establecieron alrededor del año 1.000 a.C. Tenían medios de intercomunicación por todo el mundo conocido de entonces, y de ellos se derivaron muchas de las Guildas de los Constructores viajeros de la Edad Media”
Los miembros de la Fraternidad de Arquitectos Dionisíacos estaban unidos por los secretos vínculos de los Misterios Dionisíacos en los cuales habían sido iniciados. La existencia de esta Orden de Tiro, para la época de la construcción del Templo de Salomón, permite suponer, ya que no puede ofrecerse evidencia documental, que los Arquitectos Dionisíacos fueron enviados por Hiram rey de Tiro, para ayudar a Salomón en la construcción de la casa de Jehová. De corresponder esto con la realidad histórica, significaría que ese contacto podría haber sido el eslabón que unió los Misterios Dionisíacos con los Misterios Judíos.

Vemos en el grado 25º, que Moisés es el iniciador, el sacerdote, el hierofante a través de Dios. En el Libro de los Muertos, se ordena que el capítulo CLXIII se lea “en presencia de una serpiente sobre dos piernas”, lo cual significa un alto Iniciado, un Hierofante, pues el disco y los cuernos de morueco son los mismos que se encuentran en la cabeza de Moisés (de ahí también la Serpiente de Bronce) que adornan su cabeza de “serpiente”, los jeroglíficos del título de ese capítulo, así lo denotan. Sobre la “serpiente” están representados los dos ojos místicos de Amon, el oculto Dios del Misterio.

Continuará...

28/4/18

La Serpiente de Bronce


El libro de Números, dice que después de derrotar al rey Cananita Arad, los israelitas salieron del Monte Hor a través del mar Rojo, hacia la tierra de Edom...“Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.” (Num. 21,4).
El camino se hacía largo, con las durezas de la travesía, los Israelitas empezaron a quejarse contra Moisés y Dios, que los había sacado de Egipto hasta el desierto, sin pan ni agua. Entonces dios envió las serpientes Serafines, a morder a los israelitas rebeldes y ciertamente muchos fallecieron de las mordidas. Los sufrientes israelitas, volvieron a Moisés y reconocieron su pecado, le pidieron que orara a Dios para alejar a las serpientes; y así lo hizo Moisés...“Y Jehová dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá.” (Núm. 21,8). Y Moisés lo hizo... “Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía.” (Núm. 21,9).
La serpiente de bronce fue conservada por los israelitas, y luego colocada en un templo. A lo largo del tiempo, algunos creían que podía curar varias enfermedades, y empezaron a adorarla, quemando incienso y efectuándole sacrificios. Fue Hezekiah rey de Judá quien finalmente destruyo la serpiente, y llamo a Nehustan, como parte de sus reformas y encaminar a su gente a creer en Dios... “El quitó los lugares altos, y quebró las imágenes, y cortó los símbolos de Asera, e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés, porque hasta entonces le quemaban incienso los hijos de Israel; y la llamó Nehustan.” (Reyes 2, 18,4).

El nombre Nehustan podría provenir de las palabras hebreas “serpiente” y “cobre”, Nehustan representa “el cobre de dios” o “un ídolo serpiente hecho en cobre”, el hecho que Hezekiah hubiera otorgado a los objetos rituales un nombre nuevo, indica deliberado desprecio, refiriéndose a ello como una mera chatarra de cobre y nada más (K.R.Joines, Serpent Symbolism in the Old Testament, pp. 61-84.) Para investigar por qué el rey Hezekiah destruyo el ídolo de la serpiente de cobre y examinar que simbolizaba para los israelitas, Joines examina en detalle la importancia de la serpiente en todo el antiguo Cercano Este, de acuerdo a la evidencia arqueológica y textual. Presenta como ejemplo serpientes de cobre, que fueron descubiertas en áreas Cananeas como Megido, Gezer, Hazor, Shechem, etc. Así como otros ejemplos de serpientes de cobre del área de Siria, y las culturas Hitita y Babilonia.

El simbolismo ritual de la serpiente tuvo una base más amplia y antigua, antes que los israelitas llegaran a Canaán, este símbolo había sido adoptado por todo el Levante. El culto a la serpiente en el templo israelita no era el único en ese tiempo, parecía estar directamente influenciado por las prácticas de adoración de grandes civilizaciones del antiguo Cercano Este. Después de revisar muchas muestras simbólicas de serpientes en el área, en un contexto de culto, mitológico y artístico, Joines llega a la conclusión que la importancia de la serpiente que fue colocada en el templo, fue idéntica a la importancia atribuida a las serpientes por otros pueblos de la región, la serpiente fue un símbolo pagano; el cual fue adoptado por los Israelitas de los Cananitas y fue colocada en el templo para describir el poder de la fertilidad y la fuerza del Dios Israelita. Las mismas palabras encontramos en la biblia:...“Dejaron a Jehová el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron la ira a Jehová.” (Jueces 2,12)

En excavaciones realizadas en el área de Tel Mevorach en Israel, investigadores descubrieron un objeto ritual de bronce en forma de serpiente del período tardío de la Edad de Bronce. La cabeza de la serpiente no está enteramente preservada, pero se puede observar las señas de los ojos; no había remanente de oro u otros metales, que podían haber cubierto la figura.
Objetos de Serpientes hechas de cobre o bronce, similares al encontrado en el área de Tel Mevorach, fueron encontrados en diferentes sitios rituales desde el periodo Cananita y probablemente indican un culto popular a la serpiente en dicho período.
Grabados en la pared de serpientes, así como varias herramientas decoradas por imágenes de serpientes han sido descubiertas en muchos lugares de adoración. En los templos de Hazor y Timnah, estas figuras pudieron ser usadas con propósitos rituales.

La serpiente era comúnmente asociada con la medicina a lo largo del antiguo Cercano Este. Un bastón/báculo con una serpiente enrollada a su alrededor, es uno de los atributos de Thot, el dios egipcio equivalente al griego Hermes, el padre de las enseñanzas herméticas, magia y medicina (el Caduceo de Mercurio) y el bastón de Esculapio, el dios de la medicina, que se representa hasta nuestros días como símbolo de la medicina.
Si aceptamos la hipótesis de que el bastón con serpientes a su alrededor fue heredado por griegos y romanos de los egipcios, no será difícil aceptar la idea que antes llegó a Israel, lo cual obviamente tiene una conexión más cercana que los egipcios hacia los griegos.

En los alrededores de Tebas hay algunas serpientes sagradas que son completamente inofensivas. Son pequeñas y tienen dos cuernos en lo alto de la cabeza. Estas serpientes, al morir, se entierran en el templo de Júpiter, el dios al que están consagradas”. Herodoto de Halicarnaso

Continuará...

21/4/18

El Faraón Serpiente

Estela de Dyet (Museo del Louvre)

Dyet o Uadye "serpiente", fue el cuarto faraón de la primera dinastía de Egipto (2.927-2.914 a.C.). Manetón le denomina Uenefes y le atribuye 23 años de reinado. Según la versión armenia de Eusebio reinó 42 años. Su reinado estaba incluido en la parte dañada y perdida de la Piedra de Palermo.
En tiempos de Dyet vivía Merytneit, según su tumba en Abidos. Posiblemente Merytneit era la esposa del faraón Dyer y la madre de Dyet y Den. Ella sería regente en el primer período del reinado de Den.

Por el testimonio de los antiguos, corroborado por los descubrimientos modernos, sabemos que en Egipto y Caldea hubo numerosas catacumbas o criptas, entre las cuales gozaban de mayor fama las de Tebas y Menfis. Las de Tebas se abrían en la margen occidental del Nilo, dilatándose hacia el desierto de Libia y se las llamaba catacumbas de la Sierpe. Allí tenían efecto los Misterios del kúklos ànágkes (ciclo ineludible o ciclo de necesidad), esto es, la inexorable sentencia de toda alma después de haber sido juzgada, al morir el cuerpo, en la región del Amenti.

Los hierofantes egipcios y babilonios se llamaban “hijos de la divina Sierpe” o “hijos del Dragón”, no porque, como apunta erróneamente Des Mousseaux, fuesen la progenie del incubo Satán o serpiente del Paraíso, sino porque la serpiente simboliza en los misterios la Sabiduría y la Inmortalidad.
Dice Movers que los sacerdotes asirios tomaban siempre el nombre de su dios. Los druidas celto-británicos se daban también el nombre de serpientes y exclamaban: “Soy una serpiente, soy un druida”.

El Karnak egipcio es gemelo del Karnak celta y este último significa la montaña de la serpiente. En tiempos antiguos abundaron en todo el mundo conocido los Templos de Dragón, símbolo del sol, idéntico al Elón o Elión fenicio que Abraham llamó El Elión (Génesis).
Además de “serpientes” se les dieron a los sacerdotes los nombres de “constructores” y “arquitectos” porque sus templos y monumentos eran de tan abrumadora magnificencia que, como dice Taliesin, sus desmoronados restos desafían el cálculo matemático de los arquitectos modernos.
Dice Bourbourg que los caudillos aztecas que llevaban los nombres de Votán o de Quetzocohuatl eran descendientes de Cam y Canaán y se titulaban “hivimes”, pues decían “Soy hivim y pertenezco a la excelsa raza del Dragón. Soy serpiente porque soy hivim”.

Respecto a la filiación de los hevitas, conforme transcurra el tiempo, habrá más pruebas de que algunos indígenas de la América Central descienden de los fenicios y de los israelitas que profesaron la heliolatría tan ardorosamente como los mejicanos.
La Biblia nos proporciona una prueba de ello en que tres de los hijos de Jacob (Judá, Leví y Dan), contrajeron matrimonio con mujeres cananeas, cuya religión aceptaron. Además, el patriarca Jacob en su lecho de muerte bendice a sus hijos y al llegar a Dan exclama: “sea Dan serpiente en el camino, que muerde las pezuñas del caballo para que caiga atrás su jinete.”

De Simeón y de Leví dice el patriarca: “Simeón y Leví hermanos, instrumentos guerreadores de iniquidad. No entre mi alma en el secreto de ellos”. Aunque el texto original dice “sod” en vez de secreto; y sod era en los misterios mayores, el nombre común de los dioses solares como Baal y Adonis, que tenían la serpiente por símbolo.
Los cabalistas explican la alegoría de las serpientes de fuego, diciendo que este nombre era común a todos los levitas y que Moisés fue el jefe de los sodales. Dice Freund que los sacerdotes colegiados se llamaban sodales. Y Cicerón, que los sodalidades eran colegios sacerdotales que se constituyeron en los Misterios de la Potente Madre.

Continuará...

19/4/18

Monte de la Serpiente (Ohio)


El gran montículo de la Serpiente se encuentra en el condado de Adams (Ohio), junto a un arroyo llamado Bush Creek, dentro de un territorio que habitaron sucesivamente los indios Adena (1.000-100 a.C.), los Hopwell (100 a.C.-500 d.C.) y los representantes de la llamada Cultura del Fuerte Antiguo (900-1.400 d.C); siendo los tres pueblos constructores de misteriosos monumentos con formas de animal.

La Gran Serpiente destaca por la singularidad de su trazado y por su tamaño. Se trata de la mayor efigie de un animal encontrada en Norteamérica y también de la mayor del mundo representando a la serpiente.
A pesar de existir imágenes similares tanto en el continente americano como en otras partes del planeta, ninguna se acerca remotamente a sus dimensiones. Desde la espiral casi perfecta que forma su cola, el cuerpo de la serpiente zigzaguea a lo largo de 405 metros hasta la cabeza, cuyas mandíbulas se encuentran abiertas, a punto de devorar una enigmática figura ovoide.
Dos apéndices, en otro tiempo más visibles, le sobresalen de los laterales de la cabeza, remitiéndonos a las Serpientes de Cuernos, habituales en los mitos y las representaciones iconográficas de los indios americanos. Según algunos testimonios, en el siglo XIX todavía se podía distinguir los restos de un sapo saliendo de la figura ovoide, se supone que huyendo de la devoradora serpiente, aunque su rastro ha sido ya completamente borrado por el paso del tiempo.

El montículo se ha interpretado como una representación del viejo enfrentamiento entre las dos fuerzas antagónicas que rigen universo, las positivas de la vida y las negativas de la muerte. La figura ovalada, que además apunta hacia el lugar por el cual se pone el sol en el solsticio de verano, sería el astro rey, el dador de luz, calor y vida.
Por su parte, la serpiente, cuyo cuerpo forma unos meandros que señalan hacia los lugares más al norte, al sur y al centro por los que surge y se pone la luna, representaría a la noche, al frío y a la muerte.
Así como la serpiente devora al huevo, la oscuridad sucede a luz del día, el frio del invierno pone fin al calor del verano y la muerte acaba con la vida. Es posible que en este lugar se celebrasen durante ciertas fechas del año ceremonias encaminadas a asegurar la necesaria renovación cósmica y a mantener el equilibrio entre estas dos fuerzas que dan forma al mundo.

Los materiales empleados en la construcción del montículo son piedras, arcilla y tierra. Un primer contorno hecho de piedra fue cubierto por una capa de arcilla, a la cual se añadió una última capa de tierra entre cuatro y cinco pies de alta. En las excavaciones realizadas se han encontrado también restos de cerámica, ceniza, piedras quemadas y algunos huesos de animales.
Su autoría se suele atribuir a los indios Adena. Sin embargo, a pesar de que cerca de la serpiente se encontraron enterramientos de este pueblo, la complejidad geométrica del trazado correspondería mejor con los Hopwell.
Una prueba reciente de carbono hecha a un carboncillo recuperado del montículo situaba su construcción en torno al 1.070 d.C., sin que esto sea definitivo, ya que la muestra podría pertenecer a materiales aportados por Fredric Putnam, del museo Peabody, quien lo restauró en el siglo XIX.
Este monumento pasó inadvertido hasta 1.848 y actualmente el montículo es gestionado por la Sociedad Histórica de Ohio.

17/4/18

Los Reyes Serpiente de Holmul


Un equipo de arqueólogos ha desenterrado dos tumbas Mayas intactas en las antiguas ruinas de Holmul (Guatemala). Los descubrimientos de estas tumbas guardan relación con hallazgos anteriores, y arrojan luz sobre la famosa historia de una poderosa dinastía de reyes mayas cuyo símbolo era la cabeza de una serpiente.

Las tumbas han sido descubiertas a 482 km. al norte de Ciudad de Guatemala, en la antigua ciudad maya de Holmul. Ambas tumbas están datadas entre los años 600 y 750 d.C., período en el que esta civilización precolombina dominaba esas tierras, justo antes de su decadencia. Aún así, Guatemala representa una parte muy importante de la historia maya, en la que aún quedan muchos misterios por resolver, como por ejemplo por qué colapsó esta civilización.
Los investigadores creen que las excavaciones de las numerosas ruinas mayas conocidas podrían ser la clave para desvelar la historia oculta de los mayas.

En el interior de una de las tumbas fue hallada una enigmática pieza de una dinastía maya conocida como “Cabeza de Serpiente” por su emblema. La cabeza de la serpiente era el símbolo de la familia que reinó durante varias generaciones, a unas 100 millas (161 km.) al norte de las tumbas descubiertas en Holmul. Esta familia de reyes serpiente estaba en guerra con otro clan rival.

Una segunda tumba, que fue descubierta en una pirámide aparte, también contenía los restos óseos de un individuo de mediana edad. Esta tumba estaba decorada con piezas de jade y diversas vasijas. Lo más destacable en este caso fue el descubrimiento de un ‘trofeo de guerra’, un colgante de jade con una inscripción en la que se lee que perteneció a un rey lejano. Esta pieza de jade incluye el nombre de un rey de la dinastía “Cabeza de Serpiente”, lo que hace del hallazgo el primero en su especie. En la inscripción se lee “Yuknum Ti’ Chan, Sagrado Rey de Kaanul.” Sabemos que este rey formó parte de aquella misteriosa dinastía, y su presencia en una tumba tan lejana de su región de origen sugiere que su influencia se extendía más lejos de lo que pensábamos hasta ahora.
Las tumbas también contenían una caracola que había sido utilizada como tintero por un escriba y piezas de obsidiana, cerámica, conchas y jade. Los arqueólogos que están trabajando en Holmul creen que las investigaciones y excavaciones futuras podrían abrir la puerta a la resolución de muchos misterios relacionados con los “reyes serpiente” de la antigua civilización maya.

15/4/18

La Serpiente Maya


Según el Libro de los antiguos Mayas, seres de otros mundos crearon al ser humano. El libro está compuesto por una serie de relatos que tratan de explicar entre otras temáticas el origen del mundo, de la civilización, de diversos fenómenos que ocurren en la naturaleza, etc.

Los creadores de la humanidad son mencionados en el Popol Vuh como el Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada, ...«Ellos que engendran, Ellos que dan la existencia, cerniéndose sobre el agua como una luz al amanecer».
Originalmente se pensaba que los antepasados mayas utilizaban el término Ellos cuando intentaban hablar de los creadores de la humanidad (dioses, seres celestiales). Relatan cómo todo llegó a ser, y a través de estas líneas del Popol Vuh, podemos apreciar la supuesta influencia que tuvieron Ellos en la creación del hombre. De este modo, al leer el capítulo uno del libro encontramos lo siguiente:

«Estaban ocultos bajo plumas verdes y azules, por eso se les llama Gucumatz (Serpiente Emplumada). De grandes sabios, grandes pensadores es su naturaleza. De esta manera existía el cielo y también el Corazón del Cielo, que éste es el nombre de Dios.
Así contaban: Llegó aquí entonces la palabra, vinieron junto con Tepeu (el Dominador) y Gucumatz (la Serpiente Emplumada), en la oscuridad de la noche, y hablaron entre sí Tepeu y Gucumatz. Hablaron pues, consultando entre sí y meditando; se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento. Entonces se manifestó con claridad, mientras meditaban, que cuando amaneciera debía aparecer el hombre. Entonces dispusieron la creación y crecimiento de los árboles y los bejucos y el nacimiento de la vida y la creación del hombre. Se dispuso así en las tinieblas y en la noche por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán (El Relámpago). El segundo es Chipi-Caculhá (El Surco del Relámpago). El tercero es Raxa-Caculhá (El Rayo que Golpea). Y estos tres son el Corazón del Cielo.»

Es interesante señalar que el Creador, el Antiguo, el Dominador y la Serpiente Emplumada no sólo crearon al hombre, sino que además:
«Luego la tierra fue creada por ellos. Así fue en verdad como se hizo la creación de la tierra.
¡Tierra!, dijeron, y al instante fue hecha. Como la neblina, como la nube y como una polvareda fue la creación, cuando surgieron del agua las montañas; y al instante crecieron las montañas. Solamente por un prodigio, sólo por arte mágica se realizó la formación de las montañas y los valles; y al instante brotaron juntos los cipreses y pinares en la superficie.
Y así se llenó de alegría Gucumatz, diciendo: ¡Buena ha sido tu venida, Corazón del Cielo; tú, Huracán, y tú, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculhá! ...Nuestra obra, nuestra creación será terminada, contestaron. La tierra entonces fue cubierta con las diversas formas de vida animal.
El Creador y el Antiguo dice a los animales: Decid pues, nuestros nombres, alabadnos a nosotros. Pero ¡los animales no podían hablar como el hombre!. Entonces dijeron sus autores: Nuestra gloria aún no es perfecta, ya que vosotros no podréis invocarnos. Guaridas y alimentos tendréis, pero en cuanto a tu carne, se comerá. Este es tu destino.»