30/11/17

Profecía de Daniel (Mane Tecel Fares)

Mane Mane, Tecel, Fares. Estas palabras aparecen en la Biblia en “La profecía de Daniel”, Capítulo V, versículos 25-28.

El relato, que se puede leer completo en el libro de Daniel, cuenta que el rey Baltasar de Babilonia, celebró un gran banquete, en honor de sus dignatarios y en el transcurso del banquete bebió en abundancia. Excitado por el vino, mandó traer las copas de oro y plata que su padre Nabucodonosor se había llevado del templo de Jerusalén, para que bebieran en ellas el rey, sus dignatarios, sus mujeres y sus concubinas. Bebían y alababan a sus dioses de oro y plata, bronce hierro, madera y piedra (Dn 5,1-4).
En medio del festín y ante el estupor de todos, aparecieron unos dedos de mano humana que escribieron: Mane, Tecel, Fares... (Dn 5, 5-6). Ninguno de sus magos, astrólogos ni adivinos pudo interpretarlo, entonces la reina entró en la sala del banquete y dijo: hay en tu reino, un hombre…Daniel... con un espíritu superior, saber e inteligencia, capaces de interpretar sueños, descifrar enigmas y resolver problemas. Así pues, ordena que venga Daniel, que él interpretará lo escrito (Dn 5,10-12).

Daniel pues, fue llamado, y dijo: Guarda oh rey, tus regalos y da tus obsequios a otro; en cualquier caso leeré e interpretaré para el rey lo escrito… el Dios Altísimo concedió a tu padre Nabucodonosor reino y grandeza, gloria y poderío. Era señor de vida y muerte, engrandecía y humillaba a su antojo. Y tú su hijo Baltasar, te has levantado contra el Señor del cielo. Has mandado traer las copas de su templo, las has profanado y no has glorificado al Dios que tiene en sus manos tu vida y tus caminos. Por eso él envió la mano que escribió esas palabras. (Dn 5, 17-23).
Y a continuación siguió... esta es la interpretación:
Mane quiere decir “contado”: Dios ha contado los días de tu reinado y ha señalado un límite.
Tecel, es decir “pesado”: has sido pesado en la balanza y hallado falto de peso.
Fares, es decir "dividido": tu reino ha sido dividido y entregado a medos y persas. (Dn 5, 26-28).
Aquella misma noche, murió Baltasar, rey de los Caldeos. (Dn 5,30).
Conviene recordar que entonces Ciro ya estaba entrando en Babilonia.

El relato de Daniel tiene su correlato, en el mundo actual: déspotas que irrespetan los derechos humanos, que asesinan, que acomodan las leyes a su antojo, que confían su suerte a magos, adivinos y brujos, que profanan las cosas sagradas en ceremonias religiosas en las que no creen; y por último hasta invocan hipócritamente a Dios, buscando protección, pero sin dejar de insultar, odiar y ofender… no saben que ya una mano escribió en la pared de la historia su Mane, Tecel, Fares.
Tales palabras se pronuncian cuando se prevé un final fatal y desastroso de algo o de alguien.

Recordamos la victoria soviética sobre los nazis en Stalingrado en 1.943, gracias a la enorme ayuda militar proporcionada por los Estados Unidos, Inglaterra y Canadá a la URSS, las palabras de La Pasionaria copiadas de la Biblia que grabó en el palacio de El Pardo “Mane, Tecel, Fares” anunciaba al caudillo sangriento el hundimiento de su poder.
¡Quién le iba a decir a La Pasionaria que en el mismo año de su muerte en 1.989, empezaba el Mane,Tecel, Fares de su amada Unión Soviética!
 

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