22/10/17

La 2ª Guerra Mundial (I)


En 1.937 Japón y China comenzaron una guerra a gran escala como resultado de una escaramuza en el puente de Marco Polo, cerca de Pekín.
Hacia 1.938 Japón controlaba la mayor parte del noreste de China, interior del valle del Yang-tsê hasta Hankou, y la zona alrededor de Cantón en la costa sureste.
El Guomindang cambió su capital y desplazó la mayor parte de su fuerza militar al interior a Chongqing en la provincia suroccidental de Sichuan.

Durante la II Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno del Guomindang en Chonqing sufrió un importante debilitamiento militar y financiero mientras los comunistas, con su cuartel general en Yan’an, expandían de manera significativa sus bases territoriales y sus fuerzas militares gracias al aumento de la militancia en el partido. Después de haber sufrido importantes pérdidas humanas y materiales durante la batalla por la China oriental en 1.937 y 1.938, los mandos del ejército del Guomindang se reabastecieron con reclutas mal entrenados; además, el reequipamiento de estos ejércitos hubo de posponerse hasta 1.945, año en que llegaron al gobierno nacionalista los primeros envíos a gran escala de material militar estadounidense.
No sólo estaban muy debilitadas las fuerzas militares del gobierno del Guomindang después de 1.938 sino que también la jefatura estaba desgarrada por las múltiples disidencias en su seno. Estos problemas se complicaron con unas condiciones de inflación creciente que comenzó en 1.939, cuando el gobierno se desligó de su mayor fuente de ingresos en la China oriental ocupada por los japoneses.
A pesar de la importante ayuda financiera estadounidense, la tendencia inflacionista empeoró con el posterior crecimiento de la corrupción oficial, pérdida de la moral entre las tropas y entre la población civil.
Por otro lado, los comunistas se habían dispersado desde Yan’an, ocupando una gran parte del norte de China y se habían infiltrado en muchas de las regiones rurales por la retaguardia de las líneas japonesas. Allí organizaron hábilmente a los campesinos para que ingresaran en las filas del Partido Comunista y del Ejército Rojo. La unidad y la disciplina organizativa se mantuvieron a través de una fuerte campaña de propaganda ideológica.
Las fuerzas soviéticas, que ocuparon Dongbei Pingyuan (Manchuria) tras la declaración de guerra a Japón el 8 de Agosto de 1.945, entregaron a los comunistas gran cantidad de armas capturadas a los japoneses. Como resultado de ello, los comunistas salieron de la II Guerra Mundial con una fuerza más fuerte, disciplinada y equipada que antes.

Si siempre recordamos el sacrificio en vidas de la URSS contra los nazis, el de China no es menos, ya que murieron entre 15 y 20 millones de personas (entonces el país tenía unos 517 millones de habitantes).
Los chinos movilizaron alrededor de cinco millones de soldados que obligaron a los japoneses a desplegar un gran número de tropas, en 1.941 en el momento de la gran ofensiva nipona por Asia, tuvieron que mantener desplegadas en China 27 de sus 51 divisiones, entre ellas el poderoso Ejército de Kwantung, en el Manchukuo.
Además, China tuvo que hacer frente a terribles crímenes de guerra cometidos por los japoneses como la masacre de Nankín, el uso de armas químicas y bacteriológicas o los terribles experimentos de la Unidad 731.
Antony Beevor lo definió en su libro La Segunda Guerra Mundial: “los chinos no podían imaginar el grado de crueldad con el que los japoneses iban a ser capaces de actuar”.
Por si fuera poco, en el momento de la invasión japonesa de 1.937 con el incidente del puente de Marco Polo, China llevaba una década inmersa en una guerra civil entre los comunistas de Mao Zedong y los nacionalistas del Kuomintang del generalísimo Chiang Kai-Shek. Los primeros se especializaron en acciones guerrilleras, mientras que los segundos, llevaron el peso de los combates convencionales.

Japón se sentía agraviado por el hecho de que las potencias europeas ocuparan territorios dentro de lo que consideraban su esfera de influencia, por lo que en 1.937 se tomó la decisión de invadir China, conflicto que duraría 8 años.
El príncipe Konoye fue nombrado primer ministro en 1.940 e integró en su gabinete a Hideki Tōjōy Yōsuke Matsuoka, defensores acérrimos de la expansión de Japón por la fuerza. Para finales de ese mismo año, Japón firmó el Pacto Tripartito con Alemania e Italia, lo que alineaba a Japón con las «Potencias del Eje».

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry S. Truman, presidente de EEUU, se efectuaron el 6 y el 9 de Agosto de 1.945, lo que forzó la rendición de Japón y el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Continuará...

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