7/8/17

Dinastías Xia y Shang

La civilización china comenzó hace más de 4.000 años con la dinastía Xia (2.205 a 1.766 a.C.), reconocida como la más antigua de la historia china, forma parte de las Tres Dinastías Antiguas o dinastías hereditarias junto con la dinastía Shang y Chou (Zhou). Se sabe poco de esta dinastía, y fue sustituida por la Shang, que duró aproximadamente de 1.750 a 1.122 a.C.

Comienza así la sucesión hereditaria y por tanto, las dinastías con el Gran Yü (Si Wen Ming). La sucesión se daba de padre a hijo y reinaron un total de 17 reyes de “mandato celeste” durante un total de 417 años. Se sabe que Bu Jiang abandonó el trono y se lo dejó a su hermano, y dicen que Kong Jia sirvió a demonios y duendes, fue inmoral y había adorado a Shang-ti, el dios supremo de los Shang. Se deduce que por lo menos durante un tiempo, ambas dinastías fueron contemporáneas y que la Xia se unió a la Shang.
El núcleo de la cultura se dio en el río Amarillo (Huang He) y su capital estaba ubicada en la desembocadura, hoy conocida como Henan. Se sabe por estudios arqueológicos que hacían alfarería decorada con líneas y que se encontraban en la Edad de Bronce, a pesar de la temprana edad, sabían fundirlo y usar moldes, perfeccionando la técnica en la dinastía Shang.
La cultura era agraria, tenían una ganadería desarrollada y se trataba de una sociedad con clases definidas.

El río Huang He (río Amarillo) tiene más de 2.900 millas, se extiende desde Mongolia al Océano Pacífico. El río Yangtze o Chang Jiang (río Azul o río Largo) es el tercero más largo del mundo, tiene más de 3.400 millas, fluye a través de China central y desemboca en el Mar Amarillo. En la Antigüedad, los valles de estos ríos fueron una de las zonas de mayor producción de alimentos. Pero no todo el territorio de China es fértil, solo un 10 por ciento del territorio total se presta para la agricultura, buena parte del resto consta de montañas y desiertos. Las montañas y desiertos han cumplido una función importante en la historia china, fueron barreras que separaron a los chinos de otros pueblos asiáticos. En las regiones creadas por las montañas y los desiertos se encontraban pueblos de origen mongol, indoeuropeo y turco. Con frecuencia había conflictos entre estos grupos y los chinos.

La dinastía Shang fue una sociedad agrícola. La gobernaba una aristocracia cuyo mayor interés era la guerra. Una aristocracia cuya riqueza se basa en la tierra y el poder se pasa de una generación a otra. Había grandes ciudades en la China de Shang. Esas ciudades tenían muros enormes, palacios y tumbas reales grandes. El rey Shang gobernaba desde la ciudad capital de Anyang, su reino se dividía en territorios a cargo de señores militares. El rey escogía estos señores y podía retirarlos. El rey controlaba grandes ejércitos, que muchas veces combatían en las fronteras del reino.
Los gobernantes Shang pensaban que podían comunicarse con los dioses para que los ayudaran en sus asuntos. Los sacerdotes escribían las preguntas en huesos para recibir las contestaciones de los dioses. Estos huesos se llamaban huesos oraculares. Los sacerdotes golpeaban los huesos con varas metálicas calentadas, de modo que los huesos se rompían. A continuación, los sacerdotes interpretaban las grietas como respuestas de los dioses.
Los chinos estaban convencidos de que había una vida después de la muerte. Sacrificaban seres humanos para ganarse el favor de los dioses y dar compañeros al rey y su familia en su viaje al otro mundo. De esta creencia en la vida futura procedía su idea de la veneración de los antepasados (el llamado “culto a los ancestros”). Los chinos creían que los espíritus de sus antepasados traían el bien o el mal a los familiares vivos; por eso era importante tratarlos bien.

El rey y su familia estaban en la cúspide de la sociedad Shang. Los ayudaban las familias aristócratas. Los aristócratas emprendían la guerra y también eran los principales terratenientes. La mayoría del pueblo se formaba por campesinos que cultivaban la tierra de los aristócratas. La sociedad Shang incluía también un número pequeño de mercaderes y artesanos. La dinastía Shang se conoce por su dominio del arte de fundir el bronce. Han sobrevivido miles de objetos de bronce de este periodo, se encuentran entre las creaciones más admiradas del arte chino.

La familia era la unidad económica y social básica de China. Los chinos creían en la noción de la piedad filial. El adjetivo filial se refiere a los hijos y las hijas. La piedad filial es el deber de los integrantes de la familia de subordinar sus necesidades y deseos a los del hombre jefe de la familia. Cada integrante tenía su lugar. Las personas tenían que colaborar para trabajar la tierra. Los hijos eran importantes porque trabajaban la tierra de jóvenes. Más tarde, se esperaba que se ocuparan del trabajo manual en las tierras de la familia y que se encargaran de sus padres cuando envejecieran. Los hombres eran importantes porque trabajaban en los campos y proveían alimento a su familia. También eran guerreros, eruditos y funcionarios gubernamentales. Las mujeres criaban a los hijos y trabajaban en el hogar.

Quizás la aportación más importante de la antigua China fue un lenguaje escrito. En la época de la dinastía Shang, los chinos habían ideado una escritura simple que es antecesora del complicado lenguaje escrito que usan los chinos de hoy. Era básicamente de forma pictográfica e ideográfica. Los pictogramas son imágenes simbólicas, llamadas caracteres, que forman una imagen del objeto que representan. Los ideogramas son caracteres que combinan dos o más pictogramas para representar una idea.
Continuará...

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