19/5/17

Ruta de la Seda (I)

La Ruta de la Seda se originó durante el siglo I a.C., siguiendo a los esfuerzos de los yuezhi y xiongnu en la cuenca del Tarim para consolidar un camino hacia el mundo occidental y la India, tanto a través de asentamientos directos en el área de la cuenca como de relaciones diplomáticas con los países de los Dayuan, Partos y Bactrianos más al oeste.

Las momias encontradas en la cuenca del Tarim, localizadas a unos 200 km. al este de Yingpan, en la Ruta de la Seda datan de 1.600 a.C. en la época del antiguo reino de Loulan, sugieren la existencia de contactos muy antiguos entre el Oriente y el Occidente. Estos restos momificados podrían haber sido de personas que hablaban lenguas indoeuropeas, lenguas que se siguieron usando en la cuenca del Tarim, en la moderna región de Xinjiang, hasta su sustitución por las influencias túrquicas del norteño Imperio xiongnu, y por influencias del oriente de China de la dinastía Han, que hablaban lenguas Sino-tibetanas.

El término "Ruta de la Seda" fue creado por el geógrafo alemán Ferdinand Freiherr von Richthofen, quien lo introdujo en su obra Viejas y nuevas aproximaciones a la Ruta de la Seda, en 1877. La seda era la mercancía más prestigiosa que circulaba por ella, cuya elaboración era un secreto que solo los chinos conocían.
Los romanos (especialmente las mujeres de la aristocracia) se convirtieron en grandes aficionados de este tejido, que lo obtenían antes del comienzo de nuestra era a través de los Partos, quienes se dedicaban a su comercio. Muchos productos transitaban estas rutas: piedras y metales preciosos (diamantes de Golconda, rubíes de Birmania, jade de China, perlas del golfo Pérsico), telas de lana o de lino, ámbar, marfil, laca, especias, porcelana, vidrio, materiales manufacturados, coral, etc. etc.
China importaba principalmente, oro, plata, piedras preciosas, marfil, cristal, perfumes, tintes y otros textiles provenientes de Europa y de los reinos por donde transitaba la ruta y de otros que tenían sus propias rutas comerciales que engarzaban, en algún punto, con la misma Ruta. China exportaba mayormente seda, pieles, cerámica, porcelana, especias, jade, bronce, laca y hierro.

En época de Heródoto (475 a.C.), el Camino Real Persa recorría 2.857 km. desde la ciudad de Susa, entre los ríos Karkheh y Dez (a unos 250 km. al este del Tigris hasta el puerto de Esmirna en Turquía) en el mar Egeo. La pista era mantenida y protegida por el Imperio aqueménida (500-330 a.C.) y tenía estaciones postales y puestos de descanso a intervalos regulares. Al tener caballos de refresco y jinetes disponibles en cada uno de ellos, los correos reales podían llevar mensajes recorriendo todo el camino en nueve días, un trayecto que a los viajeros normales les llevaba cerca de tres meses. Este Camino Real vertebraba el Imperio, conectando con muchas otras rutas, algunas de ellas, como las rutas a la India y al Asia central, también protegidas por los aqueménidas, que fomentaban el contacto regular entre la India, Mesopotamia y el Mediterráneo.
Hay menciones en el bíblico Libro de Esther de los despachos que se enviaban desde Susa a las lejanas provincias de la India y del reino de Kush durante el reinado de Jerjes el Grande (485-465 a.C.).

El primer paso importante en la apertura de la Ruta de la Seda entre Oriente y Occidente llegó con la expansión del imperio de Alejandro Magno en Asia central. En 329 a.C. Alejandro fundó la ciudad de Alejandría Escate o «Alexandria más lejana» en la desembocadura del valle de Fergana en el actual Tayikistán. La ciudad se convirtió más tarde en un punto de parada importante en la Ruta de la Seda septentrional.

Los griegos se mantuvieron en Asia central durante los siguientes tres siglos, primero a través de la administración del Imperio seléucida y luego con el establecimiento del reino grecobactriano en la región de Bactria. Continuaron expandiéndose hacia el este, sobre todo durante el reinado de Eutidemo I (230-200 a.C.), que extendió su control más allá de Alejandría Escate hasta llegar a la Sogdiana. Hay indicios de que pudo haber conducido expediciones hasta Kashgar, en el Turkestán chino, dando lugar a los primeros contactos conocidos entre China y Occidente alrededor del año 200 a.C.. El historiador griego Estrabón escribió: «extendieron su imperio incluso hasta los Seres (China) y los Phryni».

Continuará...

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