10/4/17

Cosmogonía Hebrea (I)


El monoteísmo religioso de los hebreos impuesto por los grandes profetas de Israel, no admite mitos auténticos, ya que los actores de los mitos son los dioses. El elemento fundamental de los mitos se refiere a los fundamentos puestos en el tiempo primordial. Israel, al no aceptar las leyendas de la mitología antigua de Egipto, de Babilonia y de Canaán, transforma la estructura del mito.

No se puede descartar totalmente, la posibilidad de la formación de mitos específicamente hebreos.
En la Biblia no se detectan mitos de carácter politeísta frecuentes en la mitología del Oriente, pero esto no descarta que no existiera la idea de un tiempo primordial.
A comienzos del presente siglo la escuela de historia de las religiones ha intentado demostrar en que medida la mitología de Babilonia ha formado parte, quizás, del patrimonio cultural de Israel. Se ha subrayado la influencia mítica babilónica en los himnos y profecías de Israel.

La Biblia hebrea comienza con los relatos de la creación, del paraíso, del diluvio universal, de la torre de Babel y de los Gigantes, que se refieren a la historia de los orígenes y son la introducción a la vocación de Abraham.
Los dos relatos de la creación son muy reservados en la dimensión mítica de su contenido.

El escrito sacerdotal (Gen. 1-2.1) sobre la creación es el siguiente:
1- Al principio creó Elohim los cielos y la tierra.
2- Ahora bien, la tierra era yermo y vacío, y las tinieblas cubrían la superficie del Océano, mientras el espíritu de Elohim se cernía sobre la haz de las aguas.
3- Y dijo Elohim: «Haya luz», y hubo luz.
4- Vio Elohim que la luz era buena y estableció Elohim separación entre la luz y las tinieblas.
5- Elohim llamó a la luz día y a las tinieblas llamó noche. Y atardeció y luego amaneció: día uno.
6- Dijo después Elohim: «Haya un firmamento en medio de las aguas y separe unas aguas de otras».
7- Hizo pues, Elohim el firmamento, puso separación entre las aguas que había debajo del firmamento y las aguas que había por encima de éste. Y así fue.
8- Llamó Elohim al firmamento cielos. Y atardeció y amaneció: día segundo.
9- Dijo Elohim después: «Reúnanse las aguas de debajo de los cielos en un solo lugar y aparezca lo seco». Y así fue. 10- Elohim llamó a lo seco tierra y a la reunión de las aguas llamó mares. Y vio Elohim que estaba bien.
11- Luego dijo Elohim: «Brote la tierra verdín, hierba germinadora de simiente y árboles frutales generadores de fruto conforme a su especie en que se contenga su semilla,
sobre la tierra». Y así fue.
12- Brotó, en efecto, la tierra verdín, hierba germinadora de simiente conforme a su especie y árboles generadores de fruto en que se contiene su semilla con arreglo a su especie. Y vio Elohim que estaban bien.
13- Y atardeció y luego amaneció: día tercero.
14-Dijo Elohim después: «Haya lumbreras en el firmamento de los cielos para poner separación entre el día de la noche y que sirvan de señales para estaciones, días y años.
15- Sean también a modo de lumbreras en el firmamento del cielo para lucir sobre la tierra». Y así fue.
16- Hizo pues, Elohim los dos grandes luminares, el luminar mayor como regidor del día y el luminar menor como regidor de la noche, y las estrellas.
17- Elohim los puso en el firmamento celeste para lucir sobre la tierra,
18- para regir el día y la noche y poner separación entre la luz y las tinieblas. Y vio Elohim que estaba bien.
19- Y atardeció y luego amaneció: día cuarto.
20- Dijo Elohim después: «Pululen las aguas en el pulular de animales vivientes y vuelen los volátiles sobre la tierra, por la superficie del firmamento de los cielos».
21- Creó pues, Elohim los grandes cetáceos, y todo animal viviente que bulle de que pululan las aguas, conforme a su especie, y todo volátil alado, según su especie. Y vio Elohim que estaba bien.
22- Elohim los bendijo, diciendo: «Procread y multiplicaos y henchid las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra».
23- Y atardeció y luego amaneció: día quinto.
24- Dijo Elohim después: «Produzca la tierra animales vivientes conforme a su especie: ganado, reptiles y bestias salvajes con arreglo a su especie». Y así fue.
25- Hizo, pues, Elohim las bestias salvajes conforme a su especie, los ganados con arreglo a su especie y todos los reptiles del campo según su especie. Y vio Elohim que estaba bien.
26- Entonces dijo Elohim: «Hagamos al hombre a imagen nuestra, a nuestra semejanza, para que dominen en los peces del mar, y en las aves del cielo, y en los ganados, y en todas las bestias salvajes y en todos los reptiles que reptan sobre la tierra».
27- Creó pues, Elohim al hombre a imagen suya, a imagen de Elohim creóle, macho y hembra los creó.
28- Luego Elohim los bendijo y díjoles Elohim: «Procread y multiplicaos y henchid la tierra y sojuzga, y dominad en los peces del mar, y en las aves del cielo y en todo animal que bulle sobre la tierra».
29- Dijo también Elohim: «He aquí que os doy toda planta seminífera que existe sobre la haz la tierra entera, y todo árbol que contenga en sí fruto de árbol seminífero, os servirá de alimento;
30- y a toda bestia salvaje, toda ave del cielo y todo cuanto serpea sobre la tierra, cuanto encierra en sí espíritu vital, por alimento toda hierba verde». Y así fue.
31- Elohim vio todo cuanto había hecho, y he aquí que estaba muy bien. Y atardeció y luego amaneció; día sexto. “Quedaron, pues, acabados los cielos, la tierra y todo su cortejo astral”.

Este texto es una doctrina enriquecida a lo largo de los siglos. No se encuentra en él ninguna huella semi mitológica. El lenguaje es totalmente analítico. Fe e imagen científica del mundo, tal como entonces se entendían, se entrelazan sin ningún problema. Dios libremente ha creado el cielo y la tierra. El texto describe el estado caótico origen de la tierra.

Continuará...

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