31/1/17

Tesoros de Canaán (Fenicios V)

Baal Hammon

Para los fenicios, Baal es una deidad omnipresente, si bien posee diversos nombres y atributos, quizás divinidades independientes o subsecuentes nominaciones de difícil identificación, a veces locales, a veces fruto de diversas traducciones como Baal Safón, Baal Shamen, Baal Malage, Baal Addir, Baal Marqod, Baal de Tiro, Baal de Sidón, y sobre todo Baal Hammon, considerado uno de los principales dioses fenicios (rey de los dioses), especialmente adorado en la colonia de Cartago (identificado por los griegos como Cronos y Saturno por los romanos), Baal será designado muy frecuente entre sus mandatarios (ej. Anibaal, Asdrubaal, etc.) como ocurría con el término Khepri (Escarabajo Sagrado) entre los nombres de los faraones egipcios.

Baal significa "señor/amo", sin embargo el significado de Hammon es incierto, siendo posible su origen en Amón "El oculto". Baal Hammon se supone representado en algunas esculturas o relieves en forma de un personaje masculino maduro, sentado en un trono entre dos esfinges o por un novillo de cuernos finos. Hijo de El y Astarté, era una divinidad (posiblemente solar) de varios pueblos situados en Asia Menor y su influencia entre fenicios, cartagineses, caldeos, babilonios, hititas, sidonios y filisteos, generó variaciones locales y temporales. Era el dios de la lluvia, del trueno y la guerra, combatiendo contra su enemigo, el dios del mar Yam, para lo cual, el dios Kothar, dios de la artesanía y de la técnica, le había fabricado dos mazas para enfrentarse en las batallas. Con la segunda de ellas, derribará a Yam, y tendrá una victoria que dará valor a los marinos para enfrentarse con el mar. Tuvo, entre otras, una esposa llamada Baalit que se representaba como una mujer hermosa.

Probablemente con derivaciones locales (sino el mismo), tenemos al joven Baal Hadir en Biblos, Señor Potente de la renovación del ciclo de la muerte y el renacimiento, de él derivaría Adonis, de Adon (Señor). A Baal Shamem, dios supremo en Cartago, que a comienzos del s. V. a.C. pasó a Baal Hammon (Señor del altar de los perfumes) vinculado a sacrificios infantiles (molk, tofet o tophet bíblico) citado en el Antiguo Testamento, y por Eusebio de Cesarea, Justino, Clitarco, Diodoro Sículo, Plutarco, Tertuliano o César, entre otros, en habituales sacrificios ofrecidos para evitar una mayor penalidad inminente (restos frecuentes en yacimientos de Mozia, Sulcis, Monte Sirai, Nora, Bitia, Cádiz, etc.), y como terribles ejemplos, citemos el de Tharros, con 5.000 urnas con restos de infantes, o el de la colina de Salambó, en Cartago, donde se han hallado hasta 20.000 hornacinas funerarias infantiles, con restos incinerados de infantes (la incineración, y no la inhumación era práctica habitual, sobre todo en periodos iniciales y finales de su dilatada historia, cuando se alternarían ambas prácticas), desde recién nacidos a pequeños de tres años, sacrificados entre el s. VII-II a.C., práctica ritual funeraria en la que tanto incidieron judíos, griegos y romanos. Al considerar idólatras bárbaros a los fenicios/cartagineses, Farisea critica cuando esta práctica se menciona varias veces en el Antiguo Testamento, el caso de Abraham con Isaac, que servirá como referente al sacrificio del Hijo de Dios es ejemplo, o entre los clásicos el sacrificio de Ifigenia por Agamenón.

En La Biblia, Baal ( לעב Ba‘al) es uno de los falsos dioses, al cual los hebreos rindieron culto en algunas ocasiones abandonando su adoración a Yahvé. Por ello predicaron una especial animadversión hacia él, y con ella se arrastrará a las moscas hacia lo demoniaco en Occidente.
Aunque la vinculación de las moscas con la muerte es biológicamente lógica, y aparece en muy diversas culturas, Baal fue un dios Cananeo con poderes mágicos para prevenir las enfermedades, e introducido en Egipto por los Hicsos (fue particularmente venerado por ellos en Avaris durante su invasión de Egipto) y por los comerciantes fenicios de quienes era también protector de la navegación, y por otra parte Beelzebub era uno de los Dioses Patrones entre los Filisteos en la antigua Palestina, y se identifica con el dios de Ekron, Baal-Zebub. El término es una imitación deliberada del término cananeo Baal-Zebul (príncipe Baal), uno de los títulos del dios Baal. También le llamaban “Señor de las moscas”, derivado del "Baal-Zevuv” hebreo, que tan citado aparece en la Gehenna semítica.

En el texto persa Vendidad está escrito que tan pronto muere una persona, este dios entra en el cadáver en forma de mosca, y por ende, será asociado a la muerte, al mal y a lo diabólico entre algunos de sus enemigos, así Caldeos, Filisteos o Fenicios asociaban la mosca con Belzebub (Belcebú) deidad semítica de las ciudades de Beel, Ekron o Baal, al que también llamaron “Señor de las moscas”.

Su documentación escrita se remonta a Mesopotamia y al maléfico Señor de las moscas derivado de Baal Zebub, o más exactamente Ba‘al Z'vûv, en hebreo בובז לעב con muchas variantes, el conocido demonio de la muerte tan temido entre los persas, que a su vez era el nombre de una divinidad filistea: Baal Sebaoth (deidad de los ejércitos), príncipe de las moscas, adorado en épocas bíblicas en las ciudades de Ekron y Avaris, su culto lo vemos extendido por todos los pueblos de esta región mediterránea.

Entre los hebreos el nombre Beelzebub era usado con burla hacia los adoradores de Baal, debido a que en sus templos la carne de los sacrificios se dejaba pudrir, por lo que estos lugares estaban infestados de moscas, y fue permanentemente referido en la Biblia (II Reyes 1: 1-18).

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario