3/8/15

Vida Extraterrestre

Hasta hace unas décadas, creíamos que los extraterrestres eran cosa del cine. Nadie en la comunidad científica creía que teníamos la posibilidad de encontrar vida extraterrestre en el futuro. En los últimos años los descubrimientos científicos sugieren que es más probable de lo que imaginábamos.

Científicos de la NASA reprodujeron los componentes básicos de la vida y precursores de material genético en condiciones espaciales, simuladas en el Centro de Investigación Arnes, en Silicon Valley, EE.UU. El experimento reveló que el Universo puede llenarse con todo tipo de golosinas biológicas que pueden llover sobre planetas y sembrar vida.
Anteriormente, solíamos pensar que los primeros organismos terrestres solo pudieron concebirse gracias a las condiciones especiales de la Tierra joven, cuando una combinación de fuentes hidrotermales y radiación solar permitieron que la vida surgiera. Pero los científicos demostraron que no solo no se requiere un planeta, y tampoco son necesarios eventos astronómicos particulares para formar bases genéticas.
Colocaron compuestos orgánicos que pueden encontrarse en todo el cosmos al interior de un tubo e irradiaron la mezcla con radiación ultravioleta. Uracilo, citosina y timina resultaron de esta exposición componentes claros en el ADN y ARN. Un escenario con muchas probabilidades de suceso en todo el Universo, según los investigadores.

Existen muchos planetas potencialmente habitables en el Universo. En 2013, astrónomos de la Universidad de California en Berkeley en colaboración con colegas de la Universidad de Hawai, concluyeron que tan solo la Vía Láctea – una galaxia espiral de 100 mil años luz – puede albergar a 20 mil millones de planetas como la Tierra orbitando a sus estrellas.
Los investigadores extrapolaron el número partiendo de datos ofrecidos por el Observatorio Kepler. A lo largo de los últimos cinco años, el observatorio ha rastreado 150 mil estrellas y descubierto más de 4.000 candidatos a planetas extrasolares.
Entonces se hizo evidente que aproximadamente el 20% de las estrellas en nuestra vecindad galáctica poseen planetas – la más parecida reside a tan solo 12 años luz de distancia – de forma que, a escala universal, con varias centenas de miles de millones de galaxias, potencialmente tenemos mil trillones de planetas parecidos a la Tierra – y esto solamente en estrellas parecidas con el Sol.
Esta cuenta también excluye a los satélites, entornos que podrían resultar habitables como planeta. Es decir, uno de esos tanto mundos tiene que tener vida extraterrestres... sería muy extraño que no fuera así.

Un grupo de científicos anunció que encontraron evidencias de que la vida surgió en el lodo primitivo de la Tierra mil millones de años antes de lo que se creía. Esto significa que los primeros organismos en nuestro planeta aparecieron hace 3,2 mil millones de años.
Los investigadores llegaron a esta conclusión analizando rocas extremadamente antiguas en Australia. Allí descubrieron evidencia de la conversión del nitrógeno, un gas esencial para aquellos organismos primitivos. Estas criaturas embarazosamente simples se esparcieron sobre la tierra, formando una espesa película de células que se alimentaban de nitrógeno, de ahí los rastros encontrados en las rocas. Dado que “expulsaban” oxígeno, las criaturas terminaron transformando nuestra atmósfera en un lugar más digno para los organismos multicelulares que les precedieron.

Si enzimas complejas producidas por criaturas vivas existían en nuestro planeta 3,2 mil millones de años en el pasado, eso significa que dichos fenómenos pueden suceder más fácilmente y más frecuentemente de lo que pensábamos.
Por ejemplo, esporas de moho enviadas al espacio regresaron ilesas 18 meses después en la superficie exterior de la Estación Espacial Internacional. Algunos de los individuos menos resistentes a los rayos ultravioleta murieron en un gran drama cósmico, pero una buena parte regresó a casa con sus descendientes.

De la misma forma, un estudio exobiológico realizado por la Agencia Espacial Europea lanzó un vehículo lleno de líquenes (pequeñas comunidades de células de algas y hongos) a la órbita inferior de la Tierra, donde fueron expuestos a un letal vacío cósmico durante 14,6 días... regresaron a la Tierra con sin daños celulares. De hecho, la vida ha probado ser tan dura en el espacio que, curiosamente, se convirtió en un problema para la NASA. Los microbios en el interior de la estación espacial se multiplican a toda prisa. Incluso la respiración de un astronauta puede transportar criaturas que se instalan en las superficies, poniendo a toda la misión en riesgo.

Ante todo esto, la agencia espacial hizo enormes esfuerzos para no contaminar ambientes con intrusos terrestres. Esparcir gérmenes de nuestro planeta por el universo obstaculizaría los avances científicos, además de otras potenciales consecuencias.



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