31/1/15

La Biblioteca de Alejandría

La ciudad de Alejandría fue fundada por Alejandro Magno en el año 332 a.C. y se constituyó en el principal centro cultural del mundo antiguo. Ganó reconocimiento gracias a su faro de 130 metros de alto, construído en el siglo III a.C. De su locación original deriva el nombre de la palabra castellana que la define: se hallaba ubicada en la isla de Pharos. Posteriormente, fue destruída por dos terremotos en el siglo XIV.
Durante casi dos milenios, la ciudad logró integrar ese grupo de obras arquitectónicas que en su época eran dignas de ser visitadas: Las famosas Siete Maravillas del Mundo.
Alejandría fue tal vez la primera ciudad del mundo constituída completamente de piedra, sin utilizar ninguna clase de madera. La Biblioteca fue fundada aproximadamente en el año 300 a.C. y se componía de diez grandes salas y varias cámaras aisladas para los estudiosos. Todavía se discute la fecha exacta de su fundación y el nombre de quien la fundó; pero su verdadero fundador, en el sentido de organizador y no simplemente de rey que gobernaba en aquella época, parece haber sido un personaje llamado Demetrio de Falera. Desde el principio, reunió 700.000 libros, a los que constantemente añadió otros. Los libros eran comprados por cuenta del rey.

Los eruditos de la biblioteca estudiaban el Cosmos entero. Cosmos es una palabra griega que significa el orden del universo. Es en cierto modo lo opuesto a Caos. Había en la Biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería. La ciencia y la erudición habían llegado a su edad adulta. El genio florecía en aquellas salas. Fue, indudablemente, el lugar donde los hombres reunieron por primera vez de modo serio y sistemático el conocimiento del mundo. Entre los que integraron el grupo de trabajo de la Biblioteca, estuvieron nada menos que Eratóstenes (Matemático, astrónomo y geógrafo), Hiparco (Astrónomo), Euclides (Matemático), Dionisio de Tracia (Gramático), Arquímedes (Físico, ingeniero, inventor, entre otras profesiones), y Tolomeo (Astrónomo y geógrafo),
El lugar contaba con diez grandes salas de investigación, cada una dedicada a un tema distinto, había además fuentes y columnatas jardines botánicos, un zoo, salas de disección, un observatorio, y una gran sala comedor donde se llevaban a cabo con toda libertad las discusiones críticas de las ideas.

La destrucción de la gran Biblioteca de Alejandría fue llevada a cabo definitivamente por los árabes, el año 646 de la Era Cristiana. Pero esta destrucción había ido precedida de otras, y el encarnizamiento mostrado en la aniquilación de tan fantástico depósito de saber es particularmente significativo.

Aunque no hay demasiadas precisiones, se sabe que en época de Julio César, la Biblioteca de Alejandría tenía bien ganada fama de contener libros secretos que daban un poder prácticamente ilimitado. Los documentos que han sobrevivido nos dan una idea bastante exacta de ello. Estaban, en primer lugar, los libros escritos en griego.
El conjunto de la obra de Beroso tenía algo inquietante. Sacerdote babilonio refugiado en Grecia, Beroso nos dejó el relato de un encuentro con seres extraterrestres: los misteriosos Akpallus, seres parecidos a peces, que vivían en escafandras y habrían aportado a los hombres los primeros conocimientos científicos.
Beroso vivió en tiempos de Alejandro Magno y hasta la época de Tolomeo I. Fue sacerdote de Baal-Marduk en Babilonia. Era historiador, astrólogo y astrónomo. Concibió una teoría sobre conflictos entre los rayos del Sol y los de la Luna que fueron anticipación de los trabajos más modernos sobre la interferencia de la luz. Podemos fijar la fecha de su nacimiento en 356 a.C. y la de su muerte en 261.
La Historia del Mundo, de Beroso, que describía sus primeros contactos con los extraterrestres, se ha perdido. Quedan algunos fragmentos, pero la totalidad de esta obra estaba en Alejandría, comprendía lo que habían enseñado los extraterrestres.

También se hallaba en Alejandría la obra completa de Manethón. Este, sacerdote e historiador egipcio, contemporáneo de Tolomeo I y de Tolomeo II, había llegado a conocer todos los secretos de Egipto. Su nombre puede incluso interpretarse como el "amado de Toth" o el "poseedor de la verdad de Toth".
Era el hombre que lo sabía todo sobre Egipto, que leía los jeroglíficos y que mantenía contactos con los últimos sacerdotes egipcios. Se dice que escribió personalmente ocho libros y que reunió en Alejandría cuarenta rollos de pergamino, particularmente selectos, que contenían todos los secretos de Egipto y, probablemente, el Libro de Toth. Si esta Colección se hubiese conservado, quizá sabríamos todo lo que hay que saber sobre los secretos egipcios. Sin duda fue esto lo que se quiso impedir.

La Biblioteca de Alejandría contenía igualmente las obras de un historiador fenicio, Mocus, a quien se atribuye el invento de la teoría atómica. Contenía también manuscritos indios extraordinariamente raros y preciados. De todos estos manuscritos no queda el menor rastro. El número total de rollos cuando empezó la destrucción era de 532.800 y existía una sección que podría llamarse "Ciencias matemáticas" y otra de "Ciencias naturales". Y un catálogo general, que también fue destruido.

Julio César, emperador romano fue uno de los responsables del saqueo y destrucción de la Biblioteca. Robó cierto número de libros, quemó una parte de ellos y se guardó la otra, es cierto que desapareció una buena cantidad de libros considerados como particularmente peligrosos.

La siguiente ofensiva importante contra la Biblioteca parece que fue lanzada por la emperatriz Zenobia. Una vez más, la destrucción no fue total, pero desaparecieron libros importantes. Uno de los responsables fue el emperador Diocleciano (284-305 d.C.), quien tenía por objetivo destruir todas las obras que revelaban los secretos de la fabricación del oro y de la plata. En otras palabras, todas las obras de alquimia. Pensaba que, si los egipcios eran capaces de fabricar oro y plata a voluntad, tendrían los medios necesarios para levantar un ejército y combatir contra el Imperio.

Pero la Biblioteca continuó. A pesar de las sucesivas destrucciones de que fue víctima, prosiguió su obra hasta que los árabes la aniquilaron por completo. Y, si lo hicieron, sabían por qué lo hacían. Habían destruido ya, en el propio Islam y también en Persia gran número de libros secretos sobre magia, alquimia y astrología.

La consigna de los conquistadores era: "no hacen falta libros que no sean El Libro", es decir, el Corán. Así, la destrucción en 616 d. de J. C. tuvo por objeto, más que la destrucción de los libros condenados, la de los libros en general.
El historiador musulmán Abd al-Latif (1160-1231) escribió: "La Biblioteca de Alejandría fue incendiada y destruida por Amr ibn-el As, por orden del triunfador Omar". El tal Omar se había opuesto, por otra parte, a que se escribiesen libros musulmanes, siempre siguiendo el principio de que: "El libro de Dios nos basta". Era un musulmán recién convertido, extraordinariamente fanático, que odiaba los libros y había destruido muchísimos de otros en numerosas ocasiones, porque no hablaban del Profeta.


Entre las hipótesis que se manejan para explicar su destrucción, se especula con la existencia de un ejemplar del Libro de Toth en Alejandría, que habría sido tomado por César como fuente posible de poder. Pero, naturalmente, el Libro de Toth no era el único documento egipcio de Alejandría. Y es muy posible que todos los enigmas que aún se plantean en la actualidad acerca de Egipto habrían sido solucionados si no se hubiesen destruido tantos documentos egipcios.

Entre estos documentos, existían algunos que eran particularmente buscados y de los que debieron destruirse implacablemente los originales, las copias e incluso los resúmenes: los que describían la civilización que precedió al Egipto conocido. Es posible que hayan subsistido algunos restos, pero lo esencial desapareció, y esta destrucción fue tan completa y profunda que los actuales arqueólogos racionalistas sostienen que se puede seguir, en Egipto, el desarrollo de la civilización desde el neolítico hasta las grandes dinastías, sin que nada demuestre la existencia de una civilización anterior.

Desaparecieron registros, papiros o libros procedentes de esta civilización extinguida.También fueron desunidos los tratados de alquimia más completos, los que permitían realmente conseguir la transmutación de los elementos. Fueron destruidas las obras de magia, y se destruyeron las pruebas del encuentro con seres extraterrestres de que hablaba Beroso a propósito de los Akpallus.

Oanes, uno de los Akpallus o Apkallus, dioses-peces descritos por Beroso.

Oanes, es el hombre-pez de sumeria, también llamado con diferentes nombres como, APKALLU, ABGAL, ALULULIM, ADAPA, ANNEDOTI y por los filisteos lo llamaban DAGÓN y UANNA.
Estos textos relatan que estos seres fueron creados por el Dios ENKI o también llamado EA.
OANNES fue el primero que creó el dios Enki. Este hijo de Enki, fue el primer Rey Antediluviano que se autoproclamó Sacerdote-Rey, desde 453.600 al 388.000 a.C. y después creó a otros 7 seres hombres-pez, que fueron los 7 espíritus sabios y asesoraban a 7 reyes diferentes. Estos seres simbolizaban a Semidioses de Caldea, sumeria y Babilonia.

Después de OANNES, llegaron otros seres -hombres pez- que emergieron del mar del Golfo Pérsico para instruir a la humanidad y se les llamaban, ENEUBOULUS, ENEMEUTUS, EUDOCUS, ENEUGAMUS y ANADAPTOS que apareció el último, bajo el reinado de ENMENDURANKI de Sippar o EN-MEN-DUR-ANA de la dinastía de Sumer, sobe el 2.900 a.C. Cada uno llegó en distintos periodos históricos. Estos escritos fueron recogidos posteriormente de Flavio Josefo, por Apolodoro, historiador filósofo romano y por Alexander Polyhistor historiador griego.

Fuentes: Taringa
EL ENIGMA DE LOS AKPALLUS


24/1/15

El Antiguo Egipto

Se ha escrito mucho sobre cómo los egipcios fueron capaces de alinear sus monumentos con semejante grado de precisión, pero la cuestión que siempre ha quedado sin respuesta es "por qué": ¿Por qué los antiguos pusieron tanto énfasis en las alineaciones astronómicas?.
El siguiente documental intenta responder a estas preguntas y descifrar el rompecabezas que suponen los grandes monumentos de Egipto. En los albores de la historia, toda una civilización consiguió construir los monumentos más magníficos de la Tierra, pero ¿qué les impulsó a ello?.
Desafiando la opinión de que "las tumbas son para los faraones muertos", el autor Robert Bauval, un ingeniero de Alejandría y un renombrado experto en el Egipto antiguo, ha desafiado al mundo de la Egiptología y le ha forzado a tomar nuevas direcciones.

Bauval es conocido especialmente por su teoría sobre la Correlación de Orión (TCO). Esta teoría establece una relación entre la pirámides egipcias de la IV Dinastía, en la llanura de Gizé, y el alineamiento de ciertas estrellas de la constelación de Orión llamada comúnmente Cinturón de Orión o las Tres Marías.
Una noche, mientras trabajaba en Arabia Saudí, fue con su familia y un amigo a las dunas arenosas del desierto de Arabia para realizar un trabajo de campo. Su amigo le señaló la Constelación de Orión y mencionó que Mintaka, la estrella más pequeña y oriental del Cinturón de Orión, estaba ligeramente desviada de las demás. Bauval estableció una conexión entre el trazado de las tres estrellas principales del Cinturón de Orión, y la posición de las tres pirámides principales de la necrópolis de Giza.
Esta teoría ha inspirado los libros y obras de otros autores como Javier Sierra. Sierra y Bauval trabajaron juntos en el estudio de una hipotética Edad De Oro de la Humanidad, situada en el pasado más remoto, que debió extinguirse unos 10.500 a.C. y que fue el origen de todas las civilizaciones que conocemos.

Este fascinante documental revela la clave para comprender las grandes pirámides y los templos del antiguo Egipto: una civilización que se desarrolló de acuerdo a un grandioso plan, escrito en las estrellas.

19/1/15

La Glándula Pineal

La glándula pineal o epífisis, es un órgano atrofiado del tamaño de un piñón situado justo en el centro geométrico de nuestro encéfalo. Hasta hace poco se la consideraba un residuo procedente de fases anteriores de nuestra evolución, un vestigio sin utilidades importantes en nuestra actual fase evolutiva. Sin embargo, los últimos descubrimientos científicos, unidos al cada día más popular asunto de lo ultradimensional, la han puesto de moda.
Hoy sabemos que su misión biológica es la secreción interna de melatonina, hormona cuya cantidad disminuye con la edad y que está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño (ritmos circadianos) y con los procesos de la pubertad, además de ser un poderoso antioxidante y participante en la apoptosis de células cancerosas en el timo.
Es una glándula fotosensible, es decir, responde a las variaciones de luz que se dan a nuestro alrededor. De esta manera, se activa en la oscuridad para segregar melatonina, la cual nos induce a un estado de calma e introspección.

De todos es sabido que la circulación de hormonas por nuestro organismo provoca una serie de emociones y sensaciones concretas. Las sustancias endorfinas segregadas por la glándula pineal nos ayudan a entrar en un estado de conciencia más íntimo provocado por la sensación de tranquilidad que aporta la melatonina.
Esta segregación de endorfinas permite disminuir y relajar los sentidos, lo que se refleja en el cuerpo mediante una reducción del glucógeno en la sangre, induciéndonos al sueño y llevándonos a un estado de duermevela. Al ser éste un estado en el que la actividad cerebral está bajo mínimos, reduce las interferencias del mundo externo y la concentración sobre uno mismo es superior. Esto, a nivel práctico, nos permite distanciarnos de los problemas y observarlos con una nueva perspectiva, por lo que la mayoría de nosotros lo aprovechamos para reflexionar y repasar los acontecimientos cotidianos, encontrando a veces respuestas y soluciones que sin esa calma y concentración nos resultarían difíciles de intuir.

Más allá de su capacidad fotosensible, los últimos estudios científicos insisten en que la glándula pineal es también un magnetorreceptor, es decir, resulta sensible a los campos magnéticos y transforma sus ondas en estímulos neuroquímicos.
El profesor José Luis Bardasano, de la Universidad de Alcalá de Henares, es uno de los mayores especialistas en temas relacionados con bioelectromagnetismo. En su ponencia “Electromagnetismo, glándula pineal y salud pública” nos dice que: “En el organismo existen dos sistemas de comunicación: el de base química y el de base eléctrica. En el primero (sistema endocrino), las señales de información (mensajes) son las hormonas que se transmiten a través de canales de información: vasos sanguíneos, vasos linfáticos, canal neural, etc. alcanzando los órganos diana o efectores. En el segundo (sistema nervioso) las señales son electromagnéticas y poseen una red de distribución con centros y ”subestaciones” que asienta sobre las células neuronales (neuronas) alcanzando los músculos, corazón, glándulas, etc.. Éstos dos sistemas han evolucionado paralelamente y colaboran mutuamente desde sus orígenes en perfecta armonía cronobiológica (la cronobiología es la ciencia que estudia los ritmos). Los ritmos y ciclos que en estos dos sistemas se suceden están coordinados por la “glándula pineal”.
Para el profesor Bardasano, la luz es el temporizador o sincronizador principal de los ciclos vitales, mientras que los campos electromagnéticos constituyen el sincronizador adicional. Los estudios realizados han llevado a concluir que las alteraciones electromagnéticas, al igual que lo hace la luz, interrumpen el proceso de secreción de melatonina. Una exposición continuada y la consiguiente reducción de actividad en la glándula pineal provoca casos habituales de fatiga, estrés, trastornos del humor, trastornos del sueño, rendimiento profesional disminuido, depresión e incluso riesgos de padecer cánceres como el de mama.
Según Bardasano, no sólo hemos de tener cuidado con las alteraciones provocadas por los campos electromagnéticos artificiales (antenas, telefonía, radares, etc.), sino también con las variaciones de los campos magnéticos naturales, como pueden ser las provocadas por fuertes tormentas solares. Así, la glándula pineal sería receptiva no sólo a las ondas emanadas del campo geomagnético, sino a otras tan importantes como la resonancia Schumman, las micropulsaciones de origen cósmico y cualquier campo ELF o de baja frecuencia en general.

Desde un punto de vista espiritual, las doctrinas esotéricas de Oriente se refieren desde hace milenios a la glándula pineal como un tercer ojo capaz de hacer consciente la realidad espiritual del ser humano, el punto de unión entre el mundo físico y las dimensiones superiores del universo. Precisamente por esa situación de introspección que nos proporcionan los estados de duermevela o semivigilia a los que hacíamos referencia, éstos se hacen altamente apropiados para conectarnos con el mundo inconsciente, ya sean nuestros propios recuerdos, la memoria colectiva y quién sabe cuantas posibilidades más que sólo el entrenamiento nos permitiría descubrir.
La segregación de melatonina se reduce drásticamente a partir de los siete años de edad, período en el que también tienen lugar otra serie de cambios en la estructura cerebral. Este hecho ha llevado a muchos a interesarse por la posible vinculación entre tales cambios y las capacidades psíquicas de muchos niños de menor edad, entre ellas la del controvertido fenómeno de los “amigos imaginarios”.

El profesor Sergio Felipe de Oliveira, neurocientífico de la Universidad de Sao Paulo, lleva años investigando casos de tipo extrasensorial y de clarividencia. Según él, las capacidades mediúmnicas estarían relacionadas con la presencia de mayor o menor cantidad de cristales de hidroxiapatita en la epífisis.
Sea como fuere, parece claro que mediante la disciplina y la práctica contínua, la activación de la glándula pineal se convierte en el camino para acceder a experiencias que nos hacen darle otro sentido a la vida y darnos cuenta de que no todo se mueve bajo las reglas de lo material y lo lógico, sino que hay otros mundos tan reales o más que el que alimentamos contínuamente.
Y si no queremos ir tan lejos, tampoco parece poca recompensa el poder acabar con el estrés diario, evitar problemas cardiovasculares y obtener cierta serenidad para ver las cosas desde una perspectiva más positiva, todo lo cual nos lleva a establecer con los demás relaciones más armónicas y sensibles que mejoran sobremanera nuestra calidad de vida. De cada cual depende el uso que le quiera dar y hasta dónde quiera llegar en el intento.

16/1/15

Neanderthales inteligentes

El Homo agrupa a las especies consideradas humanas que no han sido solo la nuestra (Homo sapiens sapiens) sino que incluye al ser humano moderno y a sus más cercanos parientes. La antigüedad del género está estimada en 2,4 millones de años.
Una de las especies cercanas a la nuestra fue el humano de neandertal (Homo neanderthalensis), una especie extinta que habitó Europa y Asia hace 230.000 años y hasta hace unos 28.000 años. En algún momento, los neandertales convivieron con el hombre de Cromañón (primeros humanos modernos de Europa).

De hecho, el humano actual contiene en su genoma ADN de esa otra especie. Sin embargo, el homo sapiens sapiens tiende a creer que los neandertales no eran tan inteligentes como nosotros, y que carecían de ciertas capacidades que solemos considerar únicas de nuestra especie.

Últimamente, la ciencia está desafiando esta creencia. Por un lado, en lo que respecta al lenguaje. Hasta ahora, solía pensarse que solo el homo sapiens ha sido capaz de hablar; pero una reciente investigación realizada en la Universidad de Nueva Inglaterra, Estados Unidos, ha señalado que los hombres de Neandertal podrían haber hablado en lenguas no muy distintas a los que utilizamos hoy día.

Por otra parte, hasta hace poco se creía que los hombres de Neandertal habían desarrollado herramientas y ornamentos sólo gracias al contacto con los supuestamente más avanzados Homo sapiens. Pero, en 2013, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Colorado en Denver (Estados Unidos) reveló que esta especie del género Homo también se adaptó, innovó e hizo avanzar su tecnología por sí misma.

Por último, el arte rupestre ha sido de siempre atribuido exclusivamente a los seres humanos modernos, pero un equipo internacional de científicos encontró a mediados de 2014, en una cueva de Gibraltar, la primera prueba de diseño abstracto atribuido a los neandertales. Estos resultados se sumaron a evidencias encontradas en otros yacimientos y que ya habían sugerido que estos Homo también disfrutaban de una característica clave de las capacidades cognitivas superiores: el pensamiento simbólico.

Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal (Canadá) ha hallado una nueva prueba de que los neandertales tenían un nivel de inteligencia superior a lo que se creía.
Se trata de una herramienta multiusos de hueso, encontrada en un yacimiento de Francia. Las marcas en ella presentes indican que esta herramienta se usó para separar carne de huesos para comerla, para afilar los bordes de otras herramientas de piedra e incluso como rascador.

Según declaraciones de los especialistas recogidas por AlphaGalileo: "Esta es la primera vez que se descubre una herramienta de hueso multiusos de este periodo. El hallazgo demuestra que los neandertales eran capaces de entender las propiedades mecánicas del hueso y que sabían cómo usarlo para hacer herramientas. Estas habilidades suelen atribuirse exclusivamente a nuestra especie, Homo sapiens”.

Durante gran parte del siglo XX, los expertos en Prehistoria se mantuvieron reacios a reconocer la capacidad de los neandertales para incorporar materiales como el hueso a sus elementos tecnológicos; así como a señalar que los neandertales dominaban las técnicas para trabajar el hueso.
Sin embargo, en las últimas dos décadas, muchos indicios han ido apuntando a la utilización de materiales duros de animales por parte de esta otra especie humana. "Nuestro descubrimiento es un indicador adicional de que los neandertales sí trabajaban el hueso, y ayuda a poner en tela de juicio la visión lineal de la evolución del comportamiento humano", concluye Luc Doyon, uno de los autores del hallazgo.

Referencia bibliográfica: Luc Doyon, Geneviève Pothier Bouchard, Maurice Hardy. Un outil en os à usages multiples dans un contexte moustérien. Bulletin de la Société préhistorique française (2014).



11/1/15

Robots de la Antigüedad

Un documental que informa sobre la existencia de Robots o Sistemas Automatizados, previos al descubrimiento de la electricidad, cuya programación es completamente mecánica o hidráulica.


3/1/15

Origen del Homo Sapiens

La antropología oficial occidental, reiteradamente y por todos los medios a su disposición, divulga que el origen del ser humano se dio en África hace dos millones de años y que llegó a América pasando por el Estrecho de Bering hace unos 12.500 años. Veamos la inconsistencia de ambas afirmaciones:

Los hallazgos de Darwin consignados en “el Origen de las Especies” fueron, sin duda alguna, un aporte importante al conocimiento de la existencia de animales antes inimaginables, de sus características morfológicas, sus semejanzas y diferencias, su adaptabilidad a condiciones geográficas y climáticas diferentes; él sacó conclusiones bastante acertadas en muchos casos, en otras no, lo cual llevó a los científicos de la época a lanzar la teoría a cerca de que el ser humano desciende, por evolución, del mono. Sin embargo, pronto se notó que algo no cuadraba, que hacían falta algunas piezas en el rompecabezas, que de alguna forma tenía que haber algo intermedio entre el mono y el humano; para solucionar el problema sin resolverlo se postuló y aceptó que debía haber un “eslabón perdido”, el mismo que hasta hoy sigue en el limbo.

Gracias al avance vertiginoso de la genética, con el descubrimiento del ADN mitocondrial a finales del siglo XXI, se determinó que el Homo Sapiens no tiene relación genética con el Hombre del Neandertal, el homínido inmediatamente anterior a él y con el cual alcanzó a convivir. Con esto, la brecha entre el mono y el ser humano se tornó insoluble, máxime si tenemos en cuenta que el Homo Sapiens solo tiene 26.000 años de antigüedad. Por lo tanto, seguir sosteniendo esa teoría es un atropello a la ciencia y a la inteligencia humana, que exige una explicación diferente.

No se entiende como, de la noche a la mañana, en menos de 10.000 años, un negro africano primero se transformó en blanco europeo, luego en amarillo ojo rasgado asiático, luego en enano blanco esquimal y finalmente en aborigen indio americano. Además, no se entiende por que el ser humano debió emigrar en busca de alimento, a veces hacia tierras inhóspitas, en un momento en que eran muy pocos habitantes y los animales y las bayas eran más que suficientes para el sustento alimenticio.
En cuanto a que los nativos americanos (de toda América) llegaron de Asia, pasando por el intransitable helado estrecho de Bering, en vez de hacerlo de otra forma, a pesar de que no hay ni un solo soporte arqueológico ni antropológico, es continuar aferrados a un desprecio aberrante de la capacidad e inventiva del ser humano y al desconocimiento de la geología de la Tierra.

¿Cómo pasábamos de un continente a otro antes del final de la Era Glaciar?
Se puede observar como entre los continentes existe una serie de cadenas montañosas actualmente sumergidas parcialmente, pero que, al final de la era glaciar, cuando el nivel de los océanos estaba cientos de metros mas bajo, permitía el paso caminando de uno a otro, tanto para seres humanos como para animales. Cuando Darwin llegó a las Islas Malvinas se asombró de ver lobos salvajes de gran tamaño y se preguntó como aparecieron allí; él, obviamente, no conocía el hecho de que existe una cadena montañosa sumergida entre África y dichas islas, por donde pudieron pasar sin dificultad.
Las evidencias geológicas sobre la existencia de pasadizos entre continentes es corroborado por el hecho de que en tumbas faraónicas del antiguo Egipto se encontraron residuos de tabaco y derivados de la cocaína, que solo se puede extraer de la Coca, originaria de Sur América.

Una prueba fehaciente de ello es la existencia de islas sumergidas en el Caribe. Los científicos de la universidad alemana de Greifswald durante una expedición de seis semanas a bordo del buque de investigación Meteor han encontrado materiales que solo se dan en superficie. Las montañas submarinas presentan signos de erosión, impropias del fondo marino.

Mitología antigua y tradiciones aborígenes.

Su actual biología humana no es enteramente nacida en la tierra, habiendo recibido ayuda de otros tipos biológicos humanoides de alta vibración, procedentes de otros planetas. Esa semilla extraterrestre fue necesaria para que el ADN de ustedes respondiera al estímulo universal y para diferenciar la conciencia (el gen de la conciencia) entre bestias y humanos” (Kryon, libro II, Pág. 63).

La simbología de Isis, diosa de la mitología egipcia se relaciona directamente con los dioses llegados de Sirio, descrito por la tradición de los aborígenes dogones de Malí en África; es sorprendente el hecho de que esta tribu, desde tiempos inmemoriales, conocían la existencia del sistema estelar de Sirio, con una exactitud y profundidad aún no alcanzadas por la ciencia moderna, a pesar de la tecnología super avanzada que posee. Templos y pirámides egipcias están alineados hacia Sirio, como lo documentó el astrónomo británico Norman Lockyer. Además es de anotar que los egipcios tenían dos calendarios, uno solar de 365 días y otro sóthico (de sirio), los cuales coinciden cada 1.460 años, tiempo demasiado largo para una simple observación humana, sin contar con instrumentos tecnológicos sofisticados como los actuales.

Los Nefilim fueron para los sumerios una raza proveniente de las estrellas, los cuales influyeron genéticamente en la humanidad y en el desarrollo de las civilizaciones. Se habla de seres de muy elevada estatura, cuyos restos han sido encontrados en varias partes del mundo.
En la biblioteca de Alejandría se guardaban manuscritos sobre la “Historia del Mundo”, del sacerdote babilónico Beroso, donde se describe el primer encuentro entre hombres y seres venidos del cielo. En la mitología griega tenemos muchas alusiones a relaciones carnales directas entre dioses, diosas y humanos, lo mismo que en la mitología romana, lo cual no puede ser simple coincidencia. También se hace alusión a seres mitológicos híbridos como el Minotauro o Kyrón.
En el Rig Veda, texto sagrado hindú, se dice que unos reyes cobra celestes llegaron al planeta, se casaron con princesas Noga y fundaron Camboya. Hay indicios que parecen señalar que fuimos visitados por seres extraterrestres en el pasado, “dioses instructores” venidos de estrellas lejanas, los cuales nos transmitieron conocimientos profundos acerca del universo.

El arte religioso cristiano involucra escenas en donde queda de manifiesto la vinculación del hombre con extraños fenómenos aéreos; esto se repite en todas las culturas antiguas, desde oriente a occidente, hindúes, indios Hopi en América del Norte y los Mayas en América Central.

El premio nobel de medicina Francis Crick, descubridor de la estructura del ADN, lanzó una original teoría donde explica como seres avanzados, venidos de otros lugares del universo, han sembrado la vida en la Tierra en la noche de los tiempos y siguen velando por su conservación y evolución.

Por otro lado, Monseñor Corrado Balducci, amigo personal del papa Benedicto XVI, dice: “Los Seres del cosmos no son una invención de la mente humana ni una conjetura, y probablemente están más evolucionados que nosotros. Por lo tanto, es verosimil que la distancia entre nosotros y los seres de luz sea reducida por la presencia de seres que, teniendo comúnmente un cuerpo, pero mucho más perfecto, posean un alma que esté menos condicionada en un desarrollo evolutivo. Esto no es solo posible sino verosimil y deseable. En un futuro no muy lejano, tales seres podrían servirnos de ayuda, especialmente en nuestro camino espiritual. Estos seres, desde hace ya mucho tiempo, podrían ser nuestra protección y ayuda”.
Francisco Luis Palacio Barrera

"La Teoría de Darwin dejará de ser... porque se sabrá que el hombre bajó de los planetas".
BENJAMÍN SOLARI PARRAVICINI