26/1/14

Armamento Nuclear

Durante los años 1950 y 60, EEUU y URSS hicieron numerosas pruebas de armamento nuclear tanto en su territorio como fuera de éste. En el contexto de la Guerra Fría, mostrar a su adversario un poder de devastación más temible era la manera de garantizar la seguridad nacional.

El 1 de marzo de 1954 en el atolón de Bikini los estadounidenses hicieron detonar la bomba Castle Bravo, de 15 megatones (1200 veces más potente que las que estallaron sobre Japón).
Como consecuencia de esta prueba nuclear, los habitantes de las Islas Marshall fueron envenenados por la radiación. Dicen algunas fuentes que los estadounidenses querían ver los efectos sobre la población civil que tendría un bombardeo de estas características y durante los años siguientes presentaron las patologías achacables a la exposición a una radiación extrema: cáncer, lesiones, quemaduras, malformaciones, etc.

Seis años después, el 30 de octubre de 1961 un bombardero TupolevTu-95 soltó a 4 kms. de altura sobre Nueva Zembla, en el Océano Polar Ártico la bomba Tzar, una bomba de hidrógeno de 50 megatones, la más devastadora jamás lanzada sobre la Tierra.
Estas bombas fueron lanzadas por aviones. El hecho de tener que desplazar seres humanos hasta la zona de detonación era un grave inconveniente estratégico puesto que implicaba invadir las líneas enemigas y sería imposible llegar hasta el lugar adecuado. Este problema no lo tenían los Misiles Balísticos Intercontinentales o ICBM en inglés, cuyo desarrollo fue paralelo al de estas bombas. Se trata de un misil de largo alcance que es lanzado hacia la atmósfera a una altitud enorme, para lo cual hace uso de varias etapas de combustible. Después cae desde allí, siguiendo una trayectoria balística, y desperdigando su armamento sobre el enemigo.

Estos misiles son enormes y su alcance está únicamente determinado por tratados internacionales que prohiben misiles orbitales. Los orígenes se remontan al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los nazis planearon el llamado Projekt Amerika en el que pretendían bombardear Nueva York con un misil llamado A9/10 lanzado desde suelo alemán.  Realmente se trataba de un IRBM o un misil balístico de alcance intermedio.

Ya durante la Guerra Fría, la URSS comenzó a interesarse por el diseño de un ICBM. El primero del mundo se llamó R-7 Semyorka y fue en éste en el que el 4 de octubre de 1957 fue lanzado al espacio el primer satélite artificial Sputnik 1 y constituye la base para el diseño de los cohetes Soyuz.
Los estadounidenses no se quedaron atrás y desarrollaron su propio programa de ICBMs. El primero de ellos en tener éxito fue el Atlas-D, un ICBM de 1.44 megatones fue lanzado en 29 de junio de 1959. Tanto los soviéticos como los estadounidenses decidieron entonces desplegar ICBMs y durante los años 60 se crearon numerosas instalaciones para albergar los Atlas y los R-7.

La escalada de poder no cesó hasta los años 70, cuando se comenzaron los acuerdos SALT que pretendían poner freno a esto y limitar el uso de las armas estratégicas. Los viejos ICBMs iban siendo relegados a su uso como cohetes para puesta en órbita de satélites, como por ejemplo el Titán, cuyo último cohete fue lanzado el 19 de octubre de 2005.
Fué así como nacieron los  MIRV  ICBM’s, misiles balísticos intercontinentales con cabezas múltiples de reentrada independiente. Se lleva una cabeza hacia la parte más alta de la trayectoria y desde ahí se dispersan un número variable de armas nucleares. Es el caso del LGM-118A Peacekeeper, un ICBM que se desarrolló en 1986 y del que se fabricaron 50 unidades hasta su total desmantelamiento en 2005. Nunca se han llegado a usar, debido al tratado START-II (que fueron los subsiguientes a los SALT) sin embargo sí que se hicieron pruebas con él.
Como vemos, el misil tiene 4 etapas, 3 de las cuales corresponden a combustible que hace ascender la última etapa, con las MIRV que, llegado el punto 5 se desperdigan y van cayendo hacia su blanco. El LGM-30 que vemos en la imagen y en la infografía, es el único ICBM norteamericano en servicio.

Además de los misiles balísticos lanzados desde Tierra, se desarrollaron misiles balísticos lanzables desde barcos y desde submarinos. Se denominan SLBM en inglés. Podemos destacar por parte de los estadounidenses el programa Trident que son lanzables desde submarinos nucleares clase Ohio, mientras éste se encuentra sumergido bajo el agua.

Por su parte, los rusos desarrollaron SLBMs como el R-30 Bulava que recientemente dió mucho que hablar al aparecer en el cielo de Noruega una extraña espiral luminosa que sembró el desconcierto y que finalmente se demostró que se trataba de un Bulava descontrolado en una prueba rusa.

Se sigue ensayando con armamento de este tipo que puede llegar a destruir por completo nuestra civilización. El número de armas nucleares en el mundo es incierto. Se dice que pasaron de 60.000 en 1985 a unas 20.000 en 2002 con los tratados de no proliferación. Sin embargo hay países que están desarrollando en la actualidad sus programas nucleares, por lo que el número de armas de este tipo no termina de descender porque todos temen quedar expuestos a ataques nucleares al desarmarse ellos mismos, lo cual impide su erradicación total.

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1 comentario:

  1. No es extraño que se vean luces y ovnis por todas partes, lanzan misiles desde cualquier lugar del mundo y pasan por encima de nuestras cabezas.

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