22/2/12

La Sinestesia


El origen etimológico de la palabra, del griego “sensaciones mezcladas”, sentidos mezclados, nos da una idea bastante acertada de que queremos decir cuando nos referimos a alguien como sinestésico.

Entre un 2 y un 4% de la población es sinestésica, ¡y muchos ni lo saben!, de hecho es muy común que lo descubran por casualidad y de forma algo tardía. Cuando, por ejemplo, en alguna clase del instituto, y por algún comentario afortunado, descubren que los demás no tienen las habilidades que ellos sí poseen.
¿Pero, qué es exactamente la sinestesia? Bueno, realmente nadie lo sabe a ciencia cierta, aquí voy a exponeros algunas de las cosas que sabemos sobre tan sorprendente fenómeno, que no son pocas.
Los sinestésicos experimentan una “mezcla” en sus sentidos, de forma que pueden, por ejemplo, ver sonidos u oler colores, esto no lo hacen de forma aleatoria y suelen estar asociados dos o más sentidos. En algunos casos los efectos son espectaculares, hay personas que ven colores al oír determinados sonidos, otros saborean involuntariamente los colores, los hay que son capaces de ver formas geométricas de modo involuntario, e incluso algunos pueden jugar con el espacio viendo filas de números interminables que les ayudan a realizar proezas matemáticas… ¡se conocen 60 tipos de sinestesia distintos!
V.S. Ramachandran y E.M. Hubbard propusieron que la sinestesia podría deberse a un exceso de conexiones neuronales en el cerebro. Esto se debería a un error en la llamada “poda neuronal” que se da en niños muy pequeños, cuando nuestro cerebro es como una roca por comenzar a esculpir. Si la poda neuronal (encargada de conservar las conexiones que se usarán más adelante) no acaba con ciertas uniones entre áreas adyacentes, el resultado podría ser una mezcla de sentidos.
¿Qué sabemos de la sinestesia?
Sabemos que las “asociaciones” entre sentidos (por ejemplo, con un sonido agudo ver un tono de color amarillo) se mantienen estables a lo largo del tiempo en un mismo individuo, pero estas asociaciones varían entre individuos. También sabemos que las asociaciones son conscientemente unidireccionales (por ejemplo, el color rojo evoca sabor dulce, pero no por ello el sabor dulce va a evocar el color rojo), aunque parece ser que de forma inconsciente las asociaciones sí que son bidireccionales.
También sabemos que posee características de lo que en ciencias de la información se conoce como Bottom-up y Top-Down. Un sinestésico puede asociar el número 5 con el color rojo, pero al mismo tiempo con una textura lisa o rugosa (asociaciones que sí tienden a repetirse entre sinestésicos). Así como si formamos un número (un cinco de plástico, por ejemplo) por muchos números pequeños (pequeños números dos), el efecto percibido por el sinestésico dependerá de donde fije éste su atención. Para entender esto último piensa en el clásico ejemplo del bosque, puedes ver un árbol o el bosque completo, pero no ambos al mismo tiempo.

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